El bienestar de las personas bajo cuidado depende en gran medida de que su entorno sea seguro y accesible. Para lograrlo, se recomienda seguir prácticas basadas en estándares reconocidos como la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés), que establece parámetros de accesibilidad aplicables a espacios públicos y residenciales adaptados.
Algunas medidas básicas que pueden implementarse incluyen:
Más allá de las medidas específicas, es fundamental recordar que la seguridad en el hogar debe planificarse con responsabilidad y profesionalismo. Por ello, se recomienda siempre contratar una compañía debidamente registrada y certificada, que cumpla con los estándares legales y ofrezca garantías de calidad en cada instalación o adaptación. Esto no solo protege a quienes reciben el cuidado, sino también a los cuidadores y familiares, al asegurar que las modificaciones sean seguras, duraderas y confiables.
Cuidar de quienes cuidan no es un detalle secundario, es un componente esencial de cualquier sistema de salud y bienestar. Fortalecerlos, acompañarlos y ofrecerles herramientas es una inversión en humanidad, salud y equilibrio social.
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